Enseña.
…”de no haber ido nunca allí (a visitar al administrador) el azar no me habría descubierto el tesoro que se oculta en esta tranquila comarca” (Werther) (el azar: el baile en el campo).
Figura.
Simple figura mediante al cual el sujeto recuerda con asombro el azar que le hizo conocer al ser amado.
Simplemente una anotación:
1) Tópico del discurso amoroso: recordar que se ha conocido al ser amado por casualidad. Se puede refinar el análisis de este azar y descomponiéndolo en una serie de implicaciones: “De no haber…y si…entonces nada de todo esto habría ocurrido”. Gozar del espectáculo de las implicaciones: placer demiúrgico: visto hacia atrás como una fascinación retrospectiva. En realidad, pertenece a la categoría de las evidencias fascinantes.
Es decir, tópicos cuya enormidad llega casi al vértigo. Véase el comienzo de Bouvard y Pécuchet: “Porque si a fin de cuentas no hubiéramos salido para pasear, hubiéramos podido morir sin conocernos”.
Una perogrullada: el momento en que la Estupidez se vuelve filosófica y arrastra la inteligencia como miedo de la “evidencia Cita del seminario “El discurso amoroso” de Roland Barthes:
evidente”.
2) El “azar” siempre se invoca a posteriori, por definición no puede darse en el presente: sentido retroactivo, sentido proyectado hacia el pasado. ¿Qué sentido? Precisamente el del azar. “Azar”: significado del signo elaborado a partir de la situación amorosa desarrollada.
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