viernes, 18 de marzo de 2011

Noche de guardia en el Hospital

Por el Lic. Juan Esteban Courrèges.
Noche de guardia en un hospital de la matanza. Un médico busca al psiquiatra y al psicólogo a los efectos de realizar una interconsulta: debe comunicar a unos padres la inminente muerte del hijo internado en terapia intensiva tras un accidente automovilístico. “En este caso el médico también es el paciente”. Le proponemos acompañarlo, la comunicación de la noticia estará a su cargo.
Llegado el momento se procedió y no se hizo esperar la reacción de los padres. El médico intentó pararse y frenar el llanto. Nosotros lo detenemos. Esperamos a que los padres se hayan desahogado y le ofrecimos la posibilidad de concurrir a consultorios externos.
Una vez terminada la intervención le explicamos al médico que la reacción que presenciamos es la natural. No hay nada patológico es eso, lo preocupante sería justamente que estas manifestaciones no aparezcan ante una noticia de esa magnitud. Es el primer paso del duelo.

El medio de la vida

Cita de “La preparación de la novela” de Roland Barthes.
1 - …” la conciencia de lo siguiente: llegado a cierta edad “los días están contados”; cuenta regresiva imprecisa pero cuyo carácter irreversible es mejor percibidlo que durante la juventud. Ser mortal no es un sentimiento “natural” (de allí que haya tantos que se estrellan contra un árbol persuadidos de que son inmortales). La edad conlleva esta evidencia: “Soy mortal”... Necesidad imperiosa de ubicar el trabajo por realizar en un casillero estrecho y finito: el último casillero. O, más bien: porque el casillero está dibujado, porque ya no hay fuera del casillero el trabajo que se ubicará en el con una especie de solemnidad”-
2 – “…luego, conciencia de lo siguiente: llega un momento donde lo que uno hace…aparece como material repetido, destinado a la repetición, al cansancio de la repetición”….
3 – “Finalmente, un acontecimiento, proveniente del Destino, puede sobrevenir para marcar, comenzar incidir, articular, aunque sea dolorosa dramáticamente, este encallamiento progresivo, determinar esta inversión del paisaje demasiado familiar, que he llamado el “medio del camino de nuestra vida”: es el activo del dolor. …un duelo cruel y único puede constituir esa cima de lo particular; marcar el  pliegue decisivo: el duelo será lo mejor de mi vida, lo que la divida irremediablemente en dos partes, antes/después. Pues el medio de mi vida, cualquiera sea el accidente, no es otra cosa que ese momento en que se descubre la muerte como real”.
4 – “….se  produce esta evidencia: por una parte ya no tengo tiempo de ensayar varias vidas: tengo que elegir mi última vida, mi vida nueva…y, por otras parte, debo salir de este estado tenebroso, adonde me conduce el desgaste de los trabajos repetidos…esta muerte lenta del in “situ”, esta fatalidad que haría que no pudiera entrar vivo en la muerte”.

Por el Lic. Juan Esteban Courrèges.